Chupetes y biberones
Los chupetes existen desde hace más de mil años y aún tienen un uso muy extendido en nuestros días porque permiten calmar y cesar el lloro del bebé o facilitarle el sueño. Sin embargo, las investigaciones también asocian el uso del chupete con algunos inconvenientes, por lo que su uso se ha convertido en un asunto controvertido.
Pero ahora nuestro bebé ha crecido y está rondando los 3 años de vida, y todos los motivos por los que podía ser beneficioso el uso del chupete (reduce el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante, por ejemplo) ya van dejando de tener sentido.
Coincidiendo con la entrada al segundo ciclo de Educación Infantil, se producen hitos del desarrollo importantes en los niños, junto con el control de esfínteres (proceso de maduración y aprendizaje del control de la micción y la defecación, que la mayoría de los niños alcanzan entre los dos y los tres años), comienza a usar frases simples y a utilizar oraciones de dos a cuatro palabras, cada vez es más consciente de que es una persona separada de los demás y empieza a querer hacer cosas sin ayuda, entre otros.
Y es en este momento cuando el niño muestra una progresiva autonomía e independencia “relativa”, es buen momento de dar el paso a despedir tetinas (chupetes, biberones y lactancia materna, si fuera el caso)
Retirarlos a tiempo y darles la posibilidad de masticar alimentos, morder, y sorber o succionar va a fortalecer la musculatura del paladar (hueso maxilar superior) y del interior de la boca en general, evitará que se le caiga la baba (el babeo desaparece al año por el aumento de tonicidad en labios, lengua y mandíbula), empezará a tener una buena mordida y, dato importante, es fundamental para colocar bien la lengua para hablar bien. Al final, chupetes y biberones no dejan de ser “intrusos” que la deforman.
El uso prolongado de tetinas puede provocar un paladar alto y estrecho, que puede afectar al desarrollo del habla y la oclusión correcta -maloclusión- (la alineación de los dientes inferiores y superiores para una buena mordida) provocando problemas para hablar o deglutir, por ejemplo.
Inconvenientes del uso del chupete
- El uso del chupete puede generar cierta dependencia en el niño y provocar que sea difícil de retirar a la edad recomendada.
- El uso prolongado del chupete más allá de los dos años puede provocar maloclusiones dentales, retracción de encías, dientes torcidos, protrusión y cambios en la forma del paladar, sobre todo, si se continúa con el chupete después de los cuatro años. Asimismo, los expertos recomiendan limitar el uso del chupete a un máximo de 6 horas por día.
- Tener un objeto en la boca continuamente y de forma prolongada no ayuda a que la lengua se posicione en los distintos puntos de articulación para un habla correcta. Sin embargo, no hay evidencia de que el uso del chupete produzca retrasos del habla.
- El chupete no se recomienda para bebés que sufran cólicos, ya que el chupete provoca que se trague más cantidad de aire y se pueda acumular en el intestino.
- Posibilidad de aparición de un afta de Bednar o afta pterigoide debido a una succión vigorosa del chupete.
- Destete temprano: algunas investigaciones sugieren que el chupete puede interrumpir la lactancia debido a que la succión del chupete es diferente a amamantar y más fácil, por lo que el niño puede tener preferencia por el chupete. En cambio, otros estudios desmienten que sea la principal causa de finalización de la lactancia.
- Mayor frecuencia del uso del chupete en niños que roncan, aunque no hay estudios concluyentes.
- Algunas investigaciones concluyen que el uso del chupete se relaciona con el consumo de tabaco. Algunas investigaciones apuntan que el uso del chupete favorece el tabaquismo.
- Microbios: el chupete puede contener microbios como cándida y estafilococos. Sin embargo, no se ha probado la relación directa de estos microbios con la aparición de infecciones.
Retirada
A partir de los 12-18 meses, el bebé ya ha adquirido las principales utilidades que ofrecen los chupetes como el tono muscular adecuado, mayor regulación emocional y menor frecuencia del síndrome de muerte súbita del lactante. Por este motivo, los padres deben ir limitando cada vez más el tiempo que el niño usa el chupete y, simultáneamente, enseñarle herramientas y recursos para conseguir tranquilidad o recuperar la calma en momentos o situaciones difíciles. En función de la edad, se puede recurrir a música, cantar, mecer, masajes, objetos o juguetes por los que el niño siente afecto, relajaciones o cuentos específicos para facilitar la retirada del chupete. Lo ideal es que el niño no utilice chupete en su segundo cumpleaños.
3.1. Cómo retirar el chupete teniendo en cuenta su temperamento
La forma de quitar el chupete va a depender de la edad del niño, de su temperamento y de su madurez.
- En el niño pequeño, de menos de 15 meses, suele ser más fácil. Simplemente se le quita, desaparecen los chupetes de la casa. Cuándo el niño llore, o proteste, se le calma cogiéndolo, hablándole,… Si usaba el chupete para dormir, habrá que cambiar el ritual para dormir.
- En el niño más mayor (partir de los 18-24 meses), hay que hacerlo de otra manera. La forma de hacerlo puede ser diferente para cada niño, según su carácter y su madurez.
- A grandes rasgos, tenemos dos extremos del temperamento. En un extremo está el niño apacible, que casi siempre está contento, que se adapta muy fácilmente a las novedades y a los cambios. Y en el otro extremo, el niño inquieto, difícil, que le cuesta aceptar los cambios, lo nuevo, y se frustra con facilidad. La gran mayoría de niños están en algún punto entre estos dos extremos, con todas las variantes y matices que se quiera (obviamente cada niño es diferente).
- En el niño adaptable y tranquilo cualquier cosa va a funcionar. Con cariño, pero con firmeza se le dice que ya no va a usar chupete, porque ya es mayor,… En estos niños suele funcionar muy bien la primera estrategia que explico más abajo.
- En el niño más inquieto va requerir algo más de habilidad y paciencia. Suelo recomendar dos posibles estrategias para retirar el chupete. No es una mejor que otra; aconsejo una u otra según los padres y el carácter y la madurez del niño. Los padres sois los que mejor conocéis a vuestro hijo, así que podéis ver que le puede ir mejor a vuestro hijo.
- Primera estrategia: «convencerlo» de que es mayor. Bueno, con un poco de «teatro»: hacer una especie de ceremonia de despedida del chupete. Primero explicádselo y poner una fecha con algo de antelación, unos días o unas pocas semanas,… (a los niños les gusta saber que va pasar). Que vuestro hijo pinte una cajita para poner los chupetes, que los ponga dentro, y se hace un ritual de despedida,… y se tira a la basura, o se la lleva alguien (los Reyes Magos,…). Usad la imaginación, pensad que le puede resultar convincente a vuestro hijo. Cuando pida el chupete (por hábito), recordadle la ceremonia de despedida, que ya es mayor,…
- Segunda estrategia: cortar los chupetes. Cortar un poco la punta del chupete y cada día ir cortando un poquito más. Cuando pida chupete le dais el chupete cortado. Si protesta de que está roto, le dais otro igualmente cortado,… La clave es hacer como si no os dieseis cuenta de que los chupetes están cortados. Si pregunta porque están rotos hay que decirle, que como ya tiene dientes los va rompiendo él sin darse cuenta,…
(Mateos, J. 2022 Uso del chupete: Opinión de una logopeda)
3.2. Cómo quitar el chupete al estilo Montessori
Señales de que tu hijo está listo para quitar el chupete:
Observar las señales de que el niño está listo para dejar el chupete es un paso fundamental en el método Montessori. Algunas indicaciones pueden incluir menos dependencia del chupete durante el día, interés en actividades que no impliquen el uso del chupete y la capacidad de calmarse con otros métodos. La observación cuidadosa te permitirá determinar el momento adecuado para iniciar el proceso.
3.2.1. Preparando el entorno
Crear un entorno preparado es un principio clave del método Montessori. Para quitar el chupete, asegúrate de que el entorno de tu hijo sea calmado y acogedor. Esto puede incluir tener objetos de consuelo alternativos como peluches o mantas y establecer rutinas relajantes antes de dormir que no dependan del chupete. Un entorno seguro y predecible ayuda a reducir la ansiedad y facilita la transición.
3.2.2. Introducción gradual
El enfoque Montessori favorece una transición gradual al quitar el chupete. Comienza reduciendo el tiempo que tu hijo pasa con el chupete durante el día, manteniéndolo solo para momentos específicos como la siesta o la noche. A medida que el niño se acostumbra a estos cambios, puedes ir disminuyendo su uso progresivamente. Este método respeta el ritmo del niño y evita un cambio abrupto que podría generar resistencia.
3.2.3. Comunicación abierta y respetuosa
Hablar con tu hijo sobre la retirada del chupete es importante, incluso si es pequeño. Explica de manera sencilla y comprensible por qué es el momento de dejar el chupete y escucha sus sentimientos y preocupaciones. La comunicación abierta fomenta la confianza y ayuda al niño a sentirse comprendido y apoyado durante el proceso.
3.2.4. Ofrecer alternativas de consuelo
Proporcionar alternativas al chupete es esencial para ayudar a tu hijo a adaptarse. Puedes introducir juguetes de apego, cuentos antes de dormir, aceites esenciales calmantes en un difusor o técnicas de relajación como la música suave. Estas alternativas pueden proporcionar la misma sensación de seguridad y consuelo que el chupete, facilitando la transición.
3.2.5. Celebrar los progresos
El refuerzo positivo es una parte importante del método Montessori. Celebra los pequeños logros y avances de tu hijo en el proceso de dejar el chupete. Reconocer y elogiar sus esfuerzos aumenta su autoestima y motivación para continuar avanzando. Evita castigar o mostrar frustración ante retrocesos, y mantén una actitud comprensiva y alentadora.
El refuerzo positivo mejor que el negativo.
3.2.6. Ser paciente y flexible
Cada niño es diferente y el proceso de dejar el chupete puede variar. Es fundamental ser paciente y estar dispuesto a adaptar el enfoque según las necesidades individuales de tu hijo. Si el niño muestra resistencia o no parece listo, es mejor esperar un poco más antes de intentarlo de nuevo. La flexibilidad y la comprensión son clave para una transición exitosa.
3.2.7. Un enfoque respetuoso y natural
Quitar el chupete al estilo Montessori es un proceso que respeta el ritmo y las necesidades del niño. Siguiendo estos principios y técnicas, puedes ayudar a tu hijo a dejar el chupete de manera natural y sin estrés. Recuerda que la paciencia y la comprensión son fundamentales para apoyar a tu hijo en este importante hito de su desarrollo.
(Bonamint 2024 Cómo quitar el chupete al estilo Montessori)
Si acabamos de comenzar las clases y el niño está pasando por su periodo de adaptación, recomiendo esperar para retirarlo por completo, pues adaptarse a este nuevo entorno, con lo que conlleva, puede generar estrés y ansiedad por la separación, de modo que el chupete, si lo demanda, le va a relajar.
Aquí siempre digo un consejito a papás y mamás, si los niños no piden el chupete o el biberón, mejor no se lo ofrezcáis.
Cuando escribía este artículo me encontré con una publicación de Mario Alonso Puig que os quiero compartir:
Cuando tratamos bien a alguien, cuando la queremos, esa persona libera una hormona llamada oxitocina que protege el corazón, el sistema cardiovascular y mejora el funcionamiento del sistema inmune. Además, si esa persona siente algún tipo de dolor, ya sea físico o mental, ese dolor se reduce gracias a la liberación de péptidos opiáceos endógenos. Es decir, el propio cerebro libera un potentísimo analgésico capaz de reducir el dolor, a veces a niveles inimaginables.
Si sentimos que importamos a los demás, que no les somos indiferentes, se alargan los telómeros, que están en los extremos de los cromosomas y predicen la longevidad de una persona
Me gustaría, desde este humilde blog, ofrecer una pequeña reflexión al respecto, porque siempre hay alternativas a la que creemos que es la única manera de hacer las cosas. Si podemos quitar el chupete, el biberón o el pañal a un niño desde el amor y el respeto, todos salimos ganando.
Que nuestra respuesta no sea el enfado ni el chantaje, que el niño encuentre en nosotros comprensión y compasión.
El hada de los chupetes
A modo de cierre, os dejo la idea a la que podéis dar forma, como una historia similar a la del ratoncito Pérez, que en este caso es un hada y se encarga de recoger chupetes. Puede ser un duende, un gnomo, algún ser pequeñito que no les de miedo.
Podéis dejar el chupete en una cajita junto a la mesita con una nota para el hada, cuando el hada os visite, se lleva el chupete y a cambio os deja una moneda (hay unas monísimas del hada de los dientes que podéis usar para este momentazo), o les deja un diploma con su nombre felicitándole.
Ánimo y a disfrutar de su cara cuando vea la cajita vacía con lo que ha aparecido en su lugar.
🙏🏽 Gracias por leer hasta el final.
Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de escalar un árbol, vivirá su vida entera creyendo que es un inútil Albert Einstein
Reseña bibliográfica
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